4 de abril de 2011

LA OBSERVADORA: EL ¡HOLA! DE ESTA SEMANA, 6 DE ABRIL

Sin entrar a valorar el estilismo de Darek y Susana Urribarri en África, todo muy blanco, caqui y camel para no desentonar, lo más destacable del ¡Hola! de esta semana son los super estilismos de fiesta de Adriana Abascal (nos quedamos con éstos últimos y pasamos de la sabana africana, sin dudarlo). Hacemos un apartado especial para la fiesta a la que acudió nuestra admirada Isabel Preysler y aquí os dejamos una lista de lo que hay que copiar y lo que no del resto de reportajes. Voilà: 
En la inauguración del museo Thyssen en Málaga, nos encontramos con Patricia Rato y observamos que lleva un vestido muy similar al que llevó Genoveva Casanova la semana pasada para una presentación de Armani. Sin mangas, en blanco roto y con falda con vuelo y a la cintura (pág. 40) Le sienta mucho mejor a ella, tan sumamente delgada, que a Genoveva, a la que el vestido engordaba. Además, el detalle de las pulseras grandes, creemos que de resina, le daba un toque moderno. Lástima que Patricia no había ido a la pelu y llevaba unas raíces negras poco coherentes con su melena rubia.
Grata sorpresa la de Paloma Segrelles. ¡Por fin le podemos poner una flecha verde! La blusa de gasa de flores en tonos verdes y rosas y el pantalón tipo morisco con lazada ancha en la cintura fue un acierto (pág. 41). Muy trendy. ¡Sigue así!
Vale, Estefanía Luyk lleva un mono verde y azul degradé de Cavalli que podría ser pura tendencia (colores fuertes, texturas amplías y mono). El problema es que es “palabra de honor” (strapless) y la chica va y se pone sin recato alguno un sujetador negro cuyos tirantes se ven a dos metros (pág. 50). ¡Así no! Da igual que las sandalias verdes también sean lo más, sólo hemos podido fijarnos en los tirantes y no podemos más que suspenderla.
Ana Rosa Quintana “again”. ¡Qué manía tiene esta mujer con ponerse el mismo modelo de vestido que no le favorece nada! ¡Y dale con ir sin mangas y con largo a media pierna! (pág. 56) Ese tipo de vestido la “abotija” y le pone años, por muy azulón pavo de tendencia que sea. Una manguita japonesa, un corte a la rodilla y un poquito de escote y estaría mucho más guapa (y estilizada).
Y la madre de Estefanía Luyk, Paquita Torres, con el tipazo estupendo que tiene ¿Por qué se viste de abuelita de pueblo entrada en carnes? (pág 56). La falda de ¿topos?, el escotito con volates chiquitines de la chaqueta (cuyas mangas son como las de los jerseys de Enrique Iglesias, o sea, enormemente largas)  y el megafloripondio blanco a la cintura… Un desastre global.
Dos a las que no suspendemos porque lo han intentado, pero que tampoco lo han conseguido. Marisa Jara con una camiseta negra asimétrica poco acertada. Las asimetrías son favorecedoras cuando dejan un hombro al descubierto y el otro no. Lo de la asimetría entendida como un hombro con manga y el otro con un tirante ancho es raruno… Y Blanca Cuesta, con un vestido que intenta ser ibicenco y es de la casa de la pradera. El cinturón era buena idea, si hubiera sido estrecho. ¡Ah! Y con el pelo un poco más corto estaría mejor. (pág.57)
Impresionados nos hallamos tras ver las fotos de la fiesta hippie en Miami a la que asistieron las Tablada y la Obregón. Una ha de saber cuántos años tiene y no vestirse como una quinceañera cuando rondas los sesenta. Da igual que lleves silicona, a determinadas edades, ir sin sujetador es una ordinariez. Lo de Obregón lo esperábamos y hasta nos parece que va acorde con su estilo. Pero lo de Elena Tablada madre no lo esperábamos porque es una señora y las señoras no se visten así. Esperamos que sólo fuera un mal día (pág. 58)
Ideal Carla Goyanes de boda con un vestido rosa palo de última moda. Le sobraban los complementos, especialmente la estola que parecía de peluche y el tocado blanco que debería haber sido más ligero y en tono ocre o plata mate. Pero le ponemos la flecha verde por el vestido (pág. 60)
Otro reportaje de nuestra Naty, el de Adriana Abascal (pág. 64-78). Adriana nos da envidia porque tiene un tipazo y unas facciones perfectas, pero nos parece demasiado artificial. Naty sabe que Adriana es “divina” y la viste de noche en casi todas las fotos: de Oscar de la Renta (el vestido verde es espectacular), de Zuhair Murad, de Giambattista Valli, de Stephane Rolland, de Georges Chakra… Si tienes una boda y quieres hacerte un vestido a medida, recorta este reportaje. Pero lo mejor de todo, el “puntito Naty”, es el último outfit, “all Gucci”, una versión de un look que llevó hace poco la nueva trendsetter Sara Carbonero: morado+verde+azul+rojo, y con el cinturón estrella de la temporada, el fajín dorado-cobre de Gucci del que cuelgan dos borlas. Un diez.
Guapísima Raquel Perera con una túnica asimétrica, tipo griego, en gris, la mar de cómoda para una embarazada y a la vez muy elegante. No sabemos si es gracias a los cosméticos de los que es embajadora y representante (Matriskin) o por el embarazo, pero está guapa a rabiar (pág. 112).

Las mujeres Preysler (menos Chábeli) se fueron a la “Fiesta de la solidaridad” (que no sabemos bien, bien, con quién era solidaria la fiesta, pero en fin...) y allí coincidieron con un montón de famosos y famosas. Aquí un post especial de la fiesta en cuestión:
Carolina Adriana Herrera nos gusta mucho cuando está inspirada: con traje de noche de gasa en azul casi negro y lazo de raso a la cintura, con un blazer negro arremangado y pendientes y pulsera dorados y el pelo recogido en una coleta baja. ¡Nos encanta y lo vamos a copiar! (pág. 90)
Amaia Salamanca acertó con el vestido nude de Pronovias (sólo apto para piernas quilométricas), pero la diadema de flores de gasa de Diane Von Füstemberg era para combinar con un vestido menos clásico. Por culpa de la mezcla, no le ponemos la flecha verde (pág. 91).
Vicky Martín Berrocal nos gusta siempre, porque sabe lo que le sienta bien y lo explota: escote en uve para disismular pecho, negro, para estilizar redondeces y vestidos tipo fourreau para equilibrar la distancia entre pecho y cadera. Su vestido en paillette negro era perfecto para ella, aunque hubiéramos cambiado la coleta por un moño bajo (que a ella le favorece mucho) y hubiera estado increíble (pág. 91).
Ana Boyer Preysler se puso un vestido minifaldero de Escada cuajado de pailletes doradas y rosa, con peep toes al tono y unos pendientes de aro. Era un poco burbuja de cava Freixenet. Como el vestido era muy brillante, fue comedida con los complementos, aunque quizá demasiado. No acaba de convencer (pág. 94).
Mucho más llamativo el vestido azul asimétrico  (pág. 94) que llevaba su hermana Tamara. Lleno de perlas bordadas sobre lentejuelas. No encajó bien, sin embargo, los zapatos y el peinado. Los asimétricos resultan mucho más favorecedores con el pelo recogido. Y los Louboutin nude con tachuelas no combinaban bien. Iba mejor encaminada que Ana, pero no remató la combinación con acierto.
Y nuestra Isabel, como su hija, también con asimétrico en negro y en terciopelo de Armani, pero rebajado con un tul en el hombro descubierto con pespunteado que hacía un efecto de tela de araña (pág.99). Y con unas pulseras de Suárez que ya hemos visto en otras ocasiones. Lo del terciopelo en primavera (Marisa de Borbón también optó por el terciopelo)… ¡nos da un calor! Ella siempre está elegante, pero este outfit no se lo copiaríamos en abril, aunque para octubre o noviembre nos lo apuntamos…
Nos ha dejado impresionados Adriana Domínguez (pág. 100). Vestido negro con transparencias de delicado encaje y un peinado de ondas años veinte muy ad hoc. Y un mini-clutch de piedras color coral. Elegantísima.

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